⍟ No hay una única forma "buena" de escribir un diario

Sabéis que me gusta mantener un diario de alguna forma. He escrito algunas notas aquí sobre cómo me cuesta decidirme entre analógico y digital y sobre cómo he intentado hacer bullet journaling (spoiler: no ha funcionado). También he mencionado Logseq como una herramienta que he usado a épocas en el trabajo para tomar notas (y que eventualmente, no sé por qué, tuve que dejar de utilizar, pues la aplicación funcionaba extraordinariamente mal). El caso es que releyendo mis diarios antiguos me he dado cuenta de que cuando me sentaba a escribir acababa escribiendo muchas veces un mínimo de una página, con algunos días especialmente intensos donde podía soltar cinco o seis de golpe.

Y eso muchas veces repercutía en que muchos días acababa por no escribir nada. Si no había sido un día “memorable” o un día en el que tuviera muchas cosas de las que desahogarme, acababa por no escribir nada. Y eso no me gustaba. Al final el hábito se acaba desvaneciendo, y así estoy, que llevo sin escribir en el cuaderno desde julio, y en digital desde octubre.

Y no sé si os pasa a vosotros, camaradas escribientes, pero mi cabeza acusa cuando llevo tiempo sin “soltar lastre”. La noto más pesona; si tuviera que imaginármela me la imaginaría encogida, jorobada, incluso con un bastón para mantener el equilibrio. Joven pero estropeada. Pero hay una parte buena: que también me la puedo imaginar ejercitándose para recuperar movilidad. Igual que yo he vuelto al gimnasio recientemente para encontrarme mejor, puedo volver a ejercitar mi mente para que recupere algo de agilidad. Algo.

A lo que iba, que me voy por las ramas. Que una cosa en la que he caído es que en realidad no tengo que seguir ninguna pauta para seguir mi diario. Y si un día solo me sale escribir una frase para resumir toda la jornada, pues puedo escribir esa frase e irme a dormir un poco más descargado. Este artículo habla exactamente de esto. También este.

Escribir una frase parece romper una pared para mí -llámalo bloqueo del escritor, procrastinación, pereza, lo que quieras. Si tú también llevas tiempo queriendo escribir más, quizá podrías darle una oportunidad a esto.

Y yendo más allá de la práctica de escribir, podrías pensar en qué tipos de hábitos podrían ser análogos en otras áreas. ¿Qué hábitos obvios, atractivos, fáciles y satisfactorios quieres introducir en tu rutina diaria?

Y el caso es que en realidad no hace falta ni que escriba sobre mí o sobre mis sentimientos. Contarme (porque creo que escribir un diario es escribirme mensajes a mí mismo) que he comido un plato que me gusta mucho o que he visto tal cosa en un artículo que he leído también es más que válido. Y sigue sirviendo para construir el hábito. ¿El hábito en sí sirve para algo? No lo sabría decir, la verdad. A lo mejor también puedo pensar en hacerlo más por el placer de hacerlo que por terminar algo, y si por el camino mejora algo, bienvenido sea. A menos expectativas, más beneficio neto.

Espero que paséis una buena noche. Ya veré lo que hago con el diario.

Foto de Toa Heftiba en Unsplash