Me compré hace casi cuatro años un MacBook Pro. En aquel momento era el modelo básico: Intel Core i5, 8GB de RAM… y 128GB de disco. Y esto último es lo que me ha resultado más problemático desde siempre.
Después de cuatro años tuve una duda bastante razonable: ¿intento ampliar mi ordenador actual o me compro uno nuevo? Y ante la pereza de gastarme más de 2000€ en el ordenador que estimo que me apetecería tener, he decidido invertir poco más de 300 en un SSD de 480 gigas para no volver a tener el problema que he tenido desde siempre con este ordenador. Porque funcionar sigue funcionando perfectamente.
Eso sí, el proceso no ha sido tan straight-forward como esperaba que fuera. Os dejo un par de notas al respecto.
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