Creo que en España, en general (o al menos a mi alrededor), tomamos pocas infusiones aparte del café. Y no lo termino de entender. Se pueden tomar calientes o frías, hay una cantidad enorme de sabores para quienes las prefieran más dulzonas, más aromáticas, más herbales o más frutales.
No son caras (las hay de todos los precios, claro) y las de bolsa aguantan eones en la despensa. Y sí, muchos pensamos que un hervidor es maravilloso para poder hacerlas, pero es un electrodoméstico que en la cocina sirve para muchas más cosas.
No lo termino de entender. Y llega a molestarme que, por la falta de costumbre, en los bares normales no haya mucha variedad de infusiones.
Me encanta el café, me encanta probar cafés y me tomo al menos uno al día. Pero las infusiones también tienen su momento. Y no entiendo que no tomemos más.
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