Máquinas de escribir

De pequeño tenía acceso a dos máquinas de escribir de dos familiares. No eran mías pero en realidad no importaba, porque yo podía utilizarlas, o sea, jugar con ellas. Y con el paso del tiempo, tras varias mudanzas y habiendo empezado a prestar atención a otros juguetes (por ejemplo, un ordenador) acabé extraviándolas y las dejé de utilizar. Hoy hace muchos años que no uso una máquina de escribir (es 2024; no es tan extraño).

El tema es que creo que escribir en un dispositivo dedicado únicamente a escribir tiene cierto sentido. He mencionado en algunas ocasiones la intencionalidad de una acción y de las herramientas utilizadas para llevarla a cabo. Podemos hacer muchísimas cosas con un ordenador o una tablet: ver películas, escuchar música, leer libros… Pero también es sencillo distraerse y acabar haciendo la nada más absoluta. Por ello algunos tenemos un reproductor MP3 o un altavoz en casa para escuchar música, o preferimos ver películas en un televisor, o leemos en libros o en lectores de libros electrónicos que sólo sirven para leer libros (y para vendértelos; esto es otro tema). Y escribir es también una de estas acciones.

Literalmente cualquier ordenador fabricado en los últimos 40 años sirve, en mayor o menor medida y con mayores o menores dificultades, como máquina de escribir. Y con la intención adecuada no hay ningún problema en desempolvar un ordenador con un procesador anterior a cualquier Pentium, la pantalla que ocupa la mesa entera y el teclado que conectabas con un conector redondo para abrir un editor de texto plano (o una versión muy antigua de un procesador de textos mas o menos parecido a lo que entendemos hoy como un programa de ese tipo). En realidad bien pienso que utilizar muchos de estos ordenadores no termina de valer la electricidad que gastan, pero bueno, podemos aceptar temporalmente pulpo como animal de compañía solo por la nostalgia que despiertan.

Qué narices, es célebre la afición de George R. R. Martin por escribir utilizando WordStar que incluso ha hecho que se libere este software de manera gratuita. Y una de las principales razones por las que elige esta forma de escribir sobre cualquier otra es porque no tiene distracciones. Es lo más parecido a una máquina de escribir, con las ventajas de ser un poquito digital.

Vale, a lo mejor en 2024 estar manejando protocolos arcaicos o rescatando de los vertederos diskettes de 3,5 pulgadas no es la forma más eficiente de trabajar. Pero hay esfuerzos, todavía hoy, por buscar maneras de escribir sin distracciones. Dispositivos como los Freewrite buscan añadir cierta integración de servicios de 2024 al acto de escribir sin más distracciones, aunque a precio de dispositivo de boutique. Hay también alternativas que buscan ser más económicas y/o flexibles como este que está ahora mismo en fase de crowdfunding, y gente que incluso se ha fabricado su propio dispositivo como este ZeroWriter. Hay interés por este tipo de aparatos. Pero yo he he permitido ir un poco más allá para escribir sin distracciones.

Yo no solo escribo para publicar en blogs. Escribo para guardarme información que pueda serme de utilidad (o de entretenimiento) en otro momento. Escribo muchas veces para mí, únicamente por el gusto de escribir e incluso destruyendo el papel justo después. Escribo diarios, anoto palabras y sus definiciones, citas de lo que estoy leyendo. A veces escribo con estilográfica porque me gustan las estilográficas, escribo a mano porque me permite centrarme en el acto de escribir. Y, recordando mi gusanillo de escribir cuando era pequeño, hace unos días entré en Wallapop y me hice con una máquina de escribir por cuatro duros. Olivetti, porque me gusta esa marca y sus diseños. Es eléctrica, eso sí, que uno está acostumbrado ya a teclados más suavecitos.

Estas palabras, por cierto, las he escrito sentado en la terraza de un bar, utilizando mi iPad con un teclado físico y la app iA Writer (un editor maravilloso que compré hace muchos años y que me encanta). Es cierto que si se quiere se puede escribir sin distracciones con cualquier cosa.

Foto de Luca Onniboni en Unsplash


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Comentarios

Una respuesta a «Máquinas de escribir»

  1. […] que me maravillaba poder usar mi máquina de escribir durante las vacaciones que tuve la semana pasada, resulta que Correos la ha perdido y no sabemos […]

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