En mi escritorio tengo un segundo monitor, más pequeño que los que utilizo habitualmente, y una Raspberry Pi 5 que me compré en preventa en el momento en el que se anunció. Mi intención para esa Raspberry Pi era utilizarla como un ordenador de bajo consumo y así trastear con Linux (mi sistema operativo habitual es macOS). Y por esa Raspberry Pi han pasado muchas distribuciones, aunque ninguna muy alejada de Ubuntu o de Debian.
Lo último que intenté instalar fue Ubuntu 24.04, la última LTS que acaba de salir hace pocos días. Pero no fue precisamente un camino de rosas.
Por alguna razón cuando intentaba crear la tarjeta SD con la imagen descargada por la aplicación oficial de Raspberry Pi acababa dándome un error a la hora de configurar el usuario, y terminaba con un sistema al que no era capaz de entrar. Y nunca conseguí usar el modo seguro de este ordenador.
Pero ya lo he conseguido. La solución en realidad ha sido por casualidad: sencillamente me he bajado el .img.xz del sitio oficial, y ha sido el que he seleccionado. Luego, a la hora de crear la SD, la aplicación preguntará que si queremos aplicar los ajustes personalizados; en principio no deberíamos usarlos, pues son los que aplican a Raspbian/Raspberry Pi OS. Esperar, poner la SD, acabar la instalación y a volar.
La verdad es que funciona bastante fina en este ordenador. Hay tareas donde se notan las limitaciones, por ejemplo al reproducir vídeo e intentar hacer otra cosa con ella. Pero más allá de eso, como máquina básica, creo que es un dispositivo bastante válido.
Esta nota ya la he escrito con el ordenador configurado. He usado Apostrophe, una aplicación que bien podría considerar que es una copia de iA Writer, pero al final es un editor Markdown normal y corriente, la experiencia es la que es.
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