Hace unos días me llegó de AliExpress un paquetillo con un juguete que me apetecía ver en persona y tener funcionando. La funcionalidad es sencillísima: una pantalla con WiFi que se conecta a la API de OpenWeatherMap y te muestra en una pantalla un reloj y las condiciones climáticas de la localización que le indicas.
El cacharrín me llegó bien empaquetado. Es una pantalla cuadrada de, creo, una pulgada, a primera vista OLED, y bastante sencilla de ver de un vistazo. Estoy satisfecho de tener un reloj a mano en el escritorio, algo que sin el ordenador encendido hasta ahora no me resultaba posible. Se alimenta por un USB que puedes tener conectado a cualquier cosa (yo lo he enchufado al USB del televisor que tengo a un lado de mi escritorio), y creo que costó como 10€ o algo así.
La cosa es que me estoy dando cuenta de que esto en realidad es un proyecto razonablemente sencillo que casi cualquiera con acceso a una impresora 3D y a una Raspberry Pi Zero podría replicar. Al final es un reloj, una interfaz Web sencillísima de la que se podría prescindir siendo un proyecto casero, un cliente HTTP que haga las peticiones a la API, una pantalla que lo pinta todo y lo actualiza cuando sea menester.
De hecho hay tutoriales para hacer cosas parecidas.
Claro, sale más caro pero ganas el placer de hacer cosas con tus manos. Y el resultado no es tan apañado… pero tampoco pasa gran cosa, ¿no?
En algún momento de la historia, creo que durante el confinamiento del COVID, se me ocurrió la idea de construir yo mismo mi propia estación meteorológica. Con su pantalla, sus termómetros, sus higrómetros y toda la historia. Luego se pudo volver a salir a la calle y creo que preferí que me diera el sol a mí en vez de construir un dispositivo para medirlo. No sé si con esto me pasaría lo mismo. Pero en todo caso ya tengo esto de AliExpress, no necesito construir otro (y eso que tengo los componentes).
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