Categoría: Personal

  • #59 Sentarme al ordenador

    Una cosa que va aparejada a mi recientemente readquirido gusto por hacer cosas en la Web es que, de rebote, estoy pasando mucho más tiempo del que pasaba antes sentado delante de mi ordenador.

    Me paso mi jornada laboral delante de un ordenador, termino dicha jornada laboral, hago alguna cosa en casa… y sigo pasando parte de mi tiempo libre, pero cambiando de ordenador por mi portátil personal. Y hace no tanto tiempo consideraría esto un exceso, pero la verdad es que estoy disfrutando de redescubrir la Web y de hacerlo a través de mi ordenador.

    No olvido que también disfruto mucho de usar mi iPad, particularmente cuando estoy fuera de casa. Y mi iPad, con su Magic Keyboard y la app iA Writer hacen de ese dispositivo una máquina de escribir perfecta para cuando quiero escribir algo creativamente (como cualquier nota para un blog). Documentos largos todavía no he hecho porque lo habitual es que necesite tener al lado documentación de referencia.

    Pero sentarme en la mesa del ordenador a hacer algo tiene mucho de intencionalidad y menos de casualidad. Y eso me gusta. En general dedicar conscientemente porciones de mi día a hacer cosas que me hacen sentir mejor me gusta, y me hace sentir que estoy más en control de mi tiempo. ¿Os pasa a vosotros?

    (Voy a hablar mucho estos días sobre la «intencionalidad» de las cosas que hago, aviso. Es algo en lo que estoy pensando mucho últimamente y así pongo en orden mis pensamientos al respecto)

  • #58

    La radio y la televisión para mí siempre eran el reducto de que hay una parte de la civilización a mi alrededor que está siempre despierta y siempre pendiente. O, corrijo, era, porque cada vez tengo más la sensación de que también son una playlist de enlatados que generan un canal de televisión que no está viendo ni el de continuidad.

    Quizá los últimos reductos de verdad sean el canal 24h y Radio 5 «Todo noticias». Porque otros canales de noticias como Euronews también han migrado a un modelo casi automático.

    No sé si os pasa; me siento rodeado por la nada, casi desolado, las noches que no puedo dormir y no hay nada a mi alrededor despierto. Ni una luz encendida. Entre que pasa el camión de la basura y empiezan a despertarse los primeros trabajadores diurnos solo se oye el ladrido de algún perro lejano que está, supongo, como yo.

    Aunque en realidad también se está extremadamente tranquilo a esas horas. Y si por casualidad estás en exteriores (por ejemplo viendo las estrellas) ese silencio unido a la inmensidad del cielo despejado te hace sentir todavía más pequeñito.

  • #55 De sitcoms y expectativas

    Ciertas sitcoms de los 90 y los 2000 (Friends, How I Met Your Mother, Modern Family…) nos han generado a muchos de mi generación unas expectativas que no son en absoluto fieles a la realidad.

    Aunque no todas las sitcoms eran así (están los contraejemplos de Mom y de Two Broke Girls), obviamente mostraban un modelo aspiracional en el que en nuestra década de los 30 lo tendríamos todo encarrilado y resuelto. Spoiler: no es así.

    Aunque eso no me impide que acabe de terminar de volver a ver HIMYM y esté empezando a ver otra vez Modern Family.

    Eso sí: no os perdáis Schitt’s Creek. Pocas series me hacen sentir tan bien como esa. De las pocas que tengo en DVD.

  • #51

    Recientemente y gracias a que ahora dispongo de espacio físico para ello me ha dado por comenzar una nueva afición. Voy a usar la palabra microjardinería para mencionarla porque suena grande y compleja, pero en realidad es lo que ha hecho medio mundo toda la vida: tener macetas con flores. Ya veis qué cosa.

    La cosa es que buscaba una afición que poder hacer tranquilamente en casa, que no me robara tiempo y que diera algún tipo de fruto que pudiera admirar. Y esta literalmente va de sembrar flores, esperar a que crezcan, ocuparse de que no se sequen ni se las coma nadie, y quitar las malas hierbas si salen (que saldrán, claro).

    Aunque esto requiere paciencia, porque las flores crecen cuando crecen. Y la paciencia es algo que en general siempre me ha faltado. Me va a venir bien para cultivarla. Nunca mejor dicho, claro.

    Toda la vida me he criado con flores de todo tipo alrededor, cuidadas con muchísimo mimo. No sé si yo seré capaz de mimar tanto las flores que están naciendo en mi patio, pero yo, con que me aguanten más de un año, ya me doy por más que satisfecho.

  • Fadormir

    Fadormir

    Me ha venido a la cabeza una costumbre que cogí en algún momento mientras viví en Madrid. Allí la verdad es que estuve bastante bien, si bien hubo momentos en los que me sentía un poco aislado y alejado de mi gente. Y la radio en general siempre ha sido buen acompañante para mí.

    Por ello decidí ir a Wallapop y buscar algo para poder escuchar la radio por Internet. Encontré una radio bastante apañada que empecé a utilizar para escuchar Canal Extremadura Radio y las emisiones locales de Cáceres sin necesidad de tocar el móvil ni el ordenador. Pero no tardé en empezar a bisurear1 por el resto del directorio de emisoras y lo primero que miré, como es lógico, fue Portugal. Y acabé escuchando Antena 1 Fado y Radio Amália.

    (más…)
  • Parálisis por elección material

    Parálisis por elección material

    Este fin de semana he hecho algo nuevo. He aprovechado el buen tiempo para leer tomando un poco de sol, y ha sido la primera vez en muchos meses que me paraba varias horas seguidas y las dedicaba a leer un libro por placer. El libro ha sido «Un tal González», uno que llevo meses leyendo a ratos muertos; ayer fácil me leí medio libro.

    No soy un gran lector, la verdad. Pero cuando consigo tiempo para leer lo disfruto bastante. Y hacerlo este fin de semana ha sido, como poco, refrescante. Lo que creo que ha sido determinante ha sido decidir hacerlo en un entorno distinto a mi casa, y sin más opciones. Lo más eficaz para decidir leer, en mi caso, ha sido alejarme de mi resto de opciones de entretenimiento.

    Si estoy en mi casa casi seguro que acabaría viendo algo en el televisor porque es lo que tengo más a mano y lo que me da, con muy poco esfuerzo, una dosis aceptable de entretenimiento. Si tengo el móvil a mano lo mismo acabo haciendo doomscrolling en Instagram o algo así; si tengo una consola o acceso a servicios de streaming acabaría buscando algo para jugar o alguna serie para ver (nunca películas; no tantas veces junto hora y media de atención para verla del tirón). Si me quito todo eso de en medio y me quedo con una silla cómoda y un libro… voy a leer y voy a pasármelo bien leyendo.

    Hace no mucho reflexionaba que una de las razones por las que disfruto en las vacaciones es justo porque me quito mucho lastre material con el que cuento en casa y me centro en estar presente en el momento y en disfrutar de lo que tengo. Por ejemplo, si estoy en una casa rural y lo único que hay para escuchar es la radio y unos cuantos vinilos, pues esa noche todos acabamos escuchando Los Beatles porque es lo que hay, y no está tan mal. Estoy seguro de que si tuviéramos un altavoz Bluetooth acabaríamos discutiendo por elegir una lista de reproducción.

    Puede que un camino a seguir en mis próximos años sea irme librando de muchas cosas superfluas y quedarme solo con las cosas que de verdad me aportan algo1. ¿Y si me leyera lo de Marie Kondo?

    Foto de Cassidy Dickens en Unsplash


    1. Esto además enlaza con mi oscilación entre lo analógico y lo digital. Lo digital no ocupa sitio ni casi espacio en mi mente; lo físico es un libro en mi escritorio o mi estantería. ↩︎